martes, 2 de septiembre de 2014

¿Love is all we need?

TENEMOS EMPLEOS QUE ODIAMOS PARA COMPRAR COSAS QUE NO NECESITAMOS.- Tyler Durden in The Fight Club.





¿Realmente necesita el ser humano tantos bienes materiales para ser felices? ¿Puede tomarse el ascetismo como pensamiento filosófico en vez de purgamiento para una ascensión religiosa renacentista? Esta última pregunta ya ha sido considerada, y sí, el ascetismo pertenece a una doctrina tanto religiosa como filosófica, y no sólo el catolicismo a llegado a adoptar esta variante.
 Para los que no lo sepan, el ascetismo consiste en la negación a los bienes materiales y vivir únicamente con lo realmente necesario. 
Seguramente leyendo esto penséis que no le dais tanta importancia a los bienes materiales, también es posible que estéis leyendo esto en un smartphone de ultima generación o en un portátil Mac, etc. Bueno.
Hablando personalmente, tengo más cosas de las que necesito e incluso quiero. Muchas más. Me sobra media vida hablando de bienes materiales. Para empezar, aborrezco las televisiones. Es que no las puedo soportar. En el momento en el cuál me independice posiblemente no tenga televisión, y si la tengo sería de estas cutres que tienen nuestras abuelas que se ve una mierda y tiene cuatro canales. Total, ni veo el fútbol (otra gran distracción de la sociedad sumamente absurda), las noticias no son más que malas y me entero más por redes sociales que por otra cosa, y para no escuchar más que "la economía empeora", "otra mujer de mediana edad asesinada por su pareja", "el ébola sigue matando población tercermundista a velocidades de vértigo", "eclesiástico se recupera en el hospital ``milagrosamente´´ después de contagiarse con ébola" y esas cosas tan encantadoras, después de cuya retransmisión entendemos la depresión de Robin Williams. No sé, yo me suicidaría por eso.
Los portátiles u ordenadores me parecen más útiles, quitan de usar la televisión y dan información. Eso no lo critico. Los móviles son como ordenadores más pequeños, vale, no son inútiles, aún así no me gustan, pero por no ser hipócrita, teniendo en cuenta que yo misma lo uso bastante para simple comunicación. De todas formas sigue pareciéndome repugnante la imagen de un grupo de amigos que quedan entre ellos y en vez de hablar y socializar están cada uno con su móvil. Bueno, repugnante es una palabra suave. Para que me entendáis quizá sea preciso decir que ver tal imagen hace que devuelva mis propios órganos vitales. No sé muy bien si de la rabia o del asco que me dan. Puede que de ambos.
La cosa es que prefiero tener libros, y alimentación, y objetos a los que les voy a dar verdadero uso, y que me sean útiles, en vez de una televisión de plasma y HD y su puta madre en bragas verde lima. 


Abstenerse a llamarme comunista por pensar que el dinero y las personas están a niveles diferentes. Y que conste que no estoy de acuerdo con su régimen en ningún país.