sábado, 22 de agosto de 2015

Aboulomania

¿Creéis en el destino? Esa fuerza natural que nos empuja a hacer distintas cosas con una finalidad concreta y premeditada, y por la cual se supone que cada cosa que nos ocurre estaba ya dictada.

Hace no mucho solía decirme a mí misma que cualquier cosa que me pasara, fuese lo que fuese, pasaba por alguna razón. Como si hubiese una fuerza superior a todos nosotros, ni siquiera concebible por el pensamiento más abstracto, que ponía una diminuta pesa en una balanza y que equilibraba mi insignificante vida.  Me contradecía en otras ideas que gozaban de absoluta lógica, por lo que dejé de creer en el destino. No hay ninguna anécdota que pueda contar para decir que he vuelto a creer en el destino, porque no es así. 
Simplemente he adquirido un pensamiento frío, calculador y crítico. Lo cual, queridos Watsons, me ha llevado a relacionar mi banal idea con una de las paradojas más famosas de la historia. Ha servido como inspiración para éxitos taquilleros de Hollywood, y no tan taquilleros. Se llama "la paradoja del viaje en el tiempo" y suena a ciencia ficción  exactamente por lo que acabo de comentar de Hollywood. Quiere decir que si en el hipotético caso de que se pudiese retroceder en el tiempo, cualquier cambio afectaría a nuestro presente. Es decir, si voy al pasado y mato a mi abuelo (no penséis con lógica, es un pensamiento paradójico) mi madre no existiría, y por tanto yo tampoco. Es decir, mi supuesto destino cambiaría a pesar de estar presuntamente escrito. Esta idea ha supuesto pensamientos relacionados con la misma como los universos paralelos. Sé que sigue sonando a ciencia ficción. 
Por un momento, piensa que cada decisión que haces crea un universo paralelo. Por un momento, tus padres se divorcian y debes ir con uno de los dos. Una cosa distinta pasará si vas con uno u otro. Una de las más firmes candidatas a mi película favorita trata de esto. Es una de esas "no tan taquilleras". Se llama "Las posibles vidas de Mr. Nobody" y alguien me la recomendó en algún momento, pero no me acuerdo ni quién ni cuándo. Qué caprichoso es el destino, ¿eh?






martes, 30 de junio de 2015

High time.

Por momentos me veo desaparecer.
Miento; ni siquiera veo.
Se me nubla la vista y no siento nada.
Caigo, pero ¿dónde?


Este último año me he adaptado en extremo a mi condición de soledad. Esto no significa que estuviese sola, sino que simplemente lo era. O soy. 
Me hundía profundamente en mis apuntes, intentando resurgir en al menos una parte de mi vida. Mi letra, cursiva, luchaba por seguir siéndolo, ya que por momentos esa letra redondita, tan insustancial, se apoderaba de mi caligrafía, y con ella, mi expresión escrita. 
Mi obsesión por ese "señor 8" que tenía en mi mente, un número con corbata, bigote y raya al medio con cantidades ingentes de gomina, y el miedo incontrolable por ese chiquillo endeble y desaliñado que era el 7. 
Y era solo una media. Un estúpido número. Un número entero, natural, real. Y lo sigue siendo.
Pero me sigue dando miedo.

Quizás sea solo la caída estrepitosa de mi gaviota de madera. O el cambio del adjetivo, que siempre colocaba antes del sustantivo, con fines estéticos, y ahora va siempre siguiéndole. Como si una característica fuese poca cosa.
Quizás todo va simple y complicadamente deprisa. Quizás soy yo, que soy lenta. Que me he vuelto una misántropa y una anciana en potencia. Que me he vuelto loca.
O que me he perdido.

Y que me buscaba en las poesías de Juan Ramón Jiménez, de Machado, Cernuda e incluso el aclamadísimo Lorca. Ni en Benedetti me encontré. Y en obras de Menandro, Plauto, de Buero-Vallejo y hasta de Castelao. Me busqué en Pimpinela, en cada frase. Y mi profesora de lengua me buscaba, tambien, desconociendo el paradero de aquella de quien le hablaron. 
Me busqué en las reflexiones de Platón, Maquiavelo, Hume, Nietzsche y Schopenhauer. Y casi me pierdo más.
También en Tarantino, en Kubrick, Buñuel, Guy Ritchie... Y nada. Lo mismo con The Smashing Pumpkins, Pulp, Soundgarden, Death Cab for Cutie, Gorillaz y tantos más.

Y todavía nada ni nadie me ha encontrado. Y, como se suele decir, aunque no me guste decirlo: "Si no lo sé yo...".



Gracias, y espero no haber parecido demasiado demente. Ah, y sobra decir que esta es la causa por la que no he escrito tan a menudo. La inspiración fluye poco por aquí arriba. 

domingo, 26 de abril de 2015

Is there anybody out there?

Desde que era pequeña me daba miedo la inmensidad.
Mientras que a los niños normales les daba miedo la oscuridad, el monstruo de su armario, las arañas y esas gilipolleces, a mí me aterroriza la inmensidad. Me estremezco al ver una imagen del océano y no duermo en toda la noche si veo un documental sobre el espacio exterior. Agujeros negros, vida inteligente, años luz, teoría de la relatividad, Puentes de Einstein-Rose, gravedad, espacio-tiempo, Punto Frío, materia oscura, dimensiones... Aquello que escapa a la mente humana, a las matemáticas, a la física, a la química y a cualquier ciencia. Demasiado grande. Todo envuelto en una radiación cósmica de más de 2000 grados Kelvin (esos que tienes que sumarle 273 a los Celsius, sí). 
Hasta hace poco estaba haciendo un trabajo de investigación. Competía con chicos y chicas que comenzaban su trabajo diciendo: "Desde que era pequeña quise ser astronauta". Cuando lo leí comencé a reír, y como respuesta a su pregunta de por qué, dije: 

-De haberlo sabido, hubiera empezado diciendo que cuando era pequeña me daba miedo la inmensidad.

jueves, 5 de marzo de 2015

SEVEN NATION ARMY

Segunda Guerra Mundial, La Gran Guerra, Guerra de Vietnam, Revolución Francesa, Guerra de los Cien Años, Guerra Civil Española, Guerra del Golfo Pérsico, invasión de Iraq, Revolución rusa (1917), y sin ir más lejos el conflicto en Ucrania. 

La guerra civil de Sierra Leona destacó por el uso de niños soldado, lo cual hizo que dicho caso fuese debate en mi clase de Historia. Estos niños fueron corrompidos mental y físicamente, las niñas usadas como esclavas sexuales y ahora, que son adultos siguen formando parte de estos grupos militares o se han reformado como personas (una minoría) , y en el caso de las niñas, actualmente son putas por lo general. A pesar de lo demencial que me parece esta práctica (como todo ser humano en sus cabales), no fue eso lo que me llamó la atención. La profesora nos puso un reportaje bastante carente de sustancia, pero de todas formas conseguí sacarle provecho. Advertí una repetición de la misma frase en varios de los entrevistados: "-Para nada queremos que vuelva a haber guerra, hemos aprendido la lección." "-Las consecuencias de la guerrilla fueron devastadoras, tanto para nuestra gente como para la situación de Sierra Leona." 
Esta gente es considerada por nosotros mismos inferior porque no ha recibido nuestra educación de élite y no Pensé que si todas las personas tuviesen esa conciencia, el mundo no estaría tan sumamente podrido y vacío. En cambio, nos dedicamos a volver a tropezar con nosotros mismos y partirnos la cara los unos a los otros. Y nadie sabe muy bien por qué, porque viene de lejos quizá, porque está en nuestra naturaleza querer ser mejor que el vecino. Porque si tenemos pies, ¿por qué no pisar? Y si tenemos puños, será para dar puñetazos, ¿no? Y si tenemos dedo corazón, se lo sacamos al contrario como si esto demostrase superioridad... Porque es lo que hace, ¿verdad? 
Y la conclusión siempre está donde siempre, en nosotros. En que somos demasiado kamikaces, demasiado egoístas y demasiado ciegos para ver que ese de ahí delante se está muriendo, y no sólo eso, sino que nuestras manos están manchadas con su sangre. 
Estas manías que tenemos son totalmente incomprensibles. Nos encanta pudrir cosas, en cambio si nos dan un yogur caducado, está claro a donde tiene que ir. A la basura. Puede que nosotros debamos ir también.