martes, 11 de abril de 2017

Oda al refugio antisocial relativamente inútil.

Soy capaz de deciros la gran parte de los sucesos de la carrera de armamento en la Guerra Fría. Con el nombre de los misiles incluido. El año de la creación de la Federación de Mujeres Cubanas. El objetivo de la filosofía cartesiana. Cómo calcular los aumentos de una micrografía electrónica de una célula hepática. Sería capaz hasta de identificar los orgánulos de esa célula. Y explicar sus funciones. Elaborar una propuesta formal para el ayuntamiento en inglés, con partes señaladas y todo. Explicar las diferencias entre el yo lírico y el yo poético. Con ejemplos. Calcular la probabilidad de vuestra muerte. 1. El área de vuestro sofá con una integral. Desarrollar el sentido de vuestra vida según Heidegger, Camus, Minsky y Nietzsche. Explicar los símbolos en todo el Romancero gitano de Lorca. Y más, en toda la poesía de Machado. Y de paso mencionar que Blas de Otero era un poco pedófilo. ¿"Me gustan las niñas una barbaridad"? ¿De verdad pensabas que se iban a estar callados, Blas? 

Si los expertos de una disciplina determinada tienen acceso a los mismos hechos, ¿Cómo es posible que pueda haber desacuerdo entre ellos? Y, ¿hasta qué punto podemos afirmar que Lee Harvey Oswald fue el asesino de John F. Kennedy? ¿Qué relación tiene Trainspotting con la filosofía existencialista del s. XX? ¿El número áureo con El Partenón?What about the hypocrisy during the Victorian Era reflected on The Importance of Being Earnest by Oscar Wilde? ¿Y las paradojas personificadas, como Agilulfo y Gurdulú en El caballero inexistente de Ítalo Calvino? Es como los dos mundos opuestos en Tres sombreros de copa de Mihura, ¿verdad? Pero, eh, ¿qué método es más efectivo para determinar las proteínas en la leche? Podría responder a todo eso, en más o menos carillas, en más o menos tiempo. 

Pero no puedo hablar contigo y respirar a la vez. Ni sentir nada.

viernes, 9 de diciembre de 2016

tu perrito librepensador

Últimamente, mi capacidad para descubrir paradojas en el pensamiento humano ha vuelto a aflorar para constatar una nueva teoría.

Esta, en concreto, es bastante auto-crítica, contemplando mi tendencia a llevar la contraria.
He podido comprobar que, el debate, tanto como ejercicio de oratoria como a nivel de discusión ordinaria, no es más que una muestra más del palpable egocentrismo humano que caracteriza nuestro comportamiento usual. 
Es muy sencillo. En la sociedad globalizada, hemos creado ciertos círculos de interés en los que priman diferentes distinciones . En una discoteca un sábado por la noche, la mejor es la más guapa, la mejor vestida y la que mejor baila, ¿por qué sino nos pintamos como puertas antes de salir de fiesta? Correcto e indiscutible. De esta misma manera, existen círculos en los que prima el grado de conocimiento por encima del grado de coincidencia con los cánones de belleza actuales. Círculos en los que, como actividad habitual, encontramos el debate. Debate sobre la situación política española actual, sobre hasta qué punto el giro al socialismo de Fidel consiguió esa Nueva Cuba de la que todos hablaban, sobre la ética que deben guardar las empresas y lo fieles que son a dicha ética cuando hay beneficios de por medio... Un poco de todo. En este círculo de interés, el/la mejor es el más inteligente o, en su defecto, aquel con más conocimiento del tema a debatir. Y si no sabes del tema o no eres lo suficientemente espabilado como para seguir la conversación sin que se note mucho tu déficit de formación, te quedas como lo que viene a ser la fea (o el) de la fiesta. Así mismo, podríamos hablar del debate como una auténtica pasarela de vanidades intelectuales y presuntuosos argumentos cargados de horas de lectura e investigación. 

Una vez reflexionado esto, espero que podáis comprender que ya no me resulta fácil soltar mi opinión en un blog que todo el mundo puede leer, pues sería por mi parte todo un acto de narcisismo, además de un atentado a mi propio pensamiento. Lo cual no quiere decir que vaya a dejar de escribir aquí, sino que mi opinión debe estar muy arraigada y fundamentada para soltarla al oscuro y crítico vacío, añadiendo el factor de que, como pensadora constante, estoy desarrollando y evolucionando continuamente todas o la mayoría de mis ideas y es muy fácil que mi opinión respecto a un tema cambie radicalmente en cuestión de días.

Gracias, de todas formas, a quién lee y apoya a estos diez dedos que vuelan solos por el teclado y que, la verdad, saben tan poco como yo. 


domingo, 22 de mayo de 2016

Muy tranquila

Imponiendo una dictadura en mi mente, 
tu partido único
haciéndose propietario de cada aspecto público y privado de mi vida. 
Haciendo que recuerde en cada momento cada detalle
de la política en la que me he sumergido. 
Tan rápido avanzaron las tropas sobre las piernas torcidas
de los soldados muertos,
y tan rápido
aparentemente
dejaron un rastro de miseria, ruinas y devastador paisaje. 

Contrastando con las flores,
el polen flotando, los ruiseñores,
los verdes caminos, los ríos claros
y el azul "cielo gallego" que se refleja en los ojos
de los amantes
hay dolor, barcos hundidos, sangre. 


Pálida, anémica, colgada de un ligero hilo 
sobre el más profundo abismo jamás imaginado
por la mente humana. 
Sin aliento, muriendo. 
Débil.


Cayendo en picado,
dramáticamente,
sin remedio y
sin nadie que espere a recogerme.
Y soñando un vuelo
de vuelta a la luz del sol,
al deseo más básico del ser:
amar
y ser amado

domingo, 15 de mayo de 2016

I rather be a rebel than a slave. ♀=♂

Antes de empezar a leer me gustaría que tuvieseis en mente la primera imagen o idea que se os viene a la cabeza cuando alguien pronuncia la palabra "feminismo" o "feminista".


Sí, eso. Reténlo.

En los últimos años el concepto de feminismo se ha denigrado notablemente. Básicamente se está confundiendo con otro término que se aleja tanto de la igualdad como el propio machismo. El hembrismo. Me enfada, en concreto, que se hagan llamar "feministas" personas que consideran que el poder de la sociedad lo debe llevar un único sexo, que la supremacía de las mujeres (u hombres) debe ser considerada positiva e incluso llevada a cabo. Personas que ponen sus derechos por encima de otros.
Estupendo. Considerando que te quejas todos los días de personas que ponen sus derechos por encima de los tuyos, ese comportamiento es sumamente lógico. Dí que sí, guapa.
Desde luego, es una posición bastante hipócrita (me remito a lo ya dicho; creo que es suficiente argumento) por parte de mujeres ensalzan sus derechos por encima de los del resto de mortales con la excusa de... ¿Qué? ¿De que somos mejores? ¿De que tenemos más capacidad? ¿De que, como parimos, decidimos? No podemos hablar de "El miedo va a cambiar de bando" porque, para empezar, no deberíamos barajar el miedo como arma en contra de NUESTROS IGUALES. Y en segundo lugar porque, si ya era una estrategia poco inteligente cambiarle el género a unos argumentos que atentan contra los derechos de un sector de la población para, como dicen ellas, "cambiar de bando" esa superioridad injustificada, es bastante más estúpido partir de una mentalidad de víctima para defender tus derechos contra un abuso, apoyando entonces la superioridad del sexo masculino pues, si hay miedo es porque se supone que somos débiles. Y que yo sepa, ni hay miedo ni somos débiles. Por lo que, por favor, dejad de abogar por la superioridad de las mujeres porque no deja de ser sexismo, el mismo tipo de sexismo que criticáis,

Dicho esto y habiendo dejado claro que el feminismo se basa en una igualdad de derechos entre ambos sexos (por mucho que digan las cuatro chavalas que ni se han molestado en buscar el significado de su tan ansiosa lucha en el diccionario) continuo con otro mal uso que se le da a este concepto. Últimamente se juega mucho con el sensacionalismo de esta palabra, con el, "soy feminista y molo", con los argumentos pobres en contenido que buscan miradas y aplausos. De eso también me estoy hartando. De que seas feminista por dejar de maquillarte, por dejarte pelos en las piernas, por "liberarte de los estereotipos a los que te condiciona la sociedad" (que por cierto, no sé de donde habéis sacado la frasecita de mierda pero cambiad de argumento, please). Sinceramente, no creo que el feminismo se vea reflejado en esas tonterías, creo que el feminismo es bastante más que dejarte los pelos de los sobacos. Está bien eso de que no tengas que maquillarte solamente para que los tíos te miren más y todo eso. Pero poner de manifiesto que no me pinto la raya del ojo para impresionar al moreno de la esquina no me hace más feminista que se la pinta porque le ha dado la gana y no dice nada. Porque no estamos hablando de reivindicar cómo de pintada lleves la cara al salir de casa ni por qué, sino los derechos de mujeres que, en más de una ocasión y durante muchos años, se han visto infravalorados frente a los de los hombres. Por tanto de nuestras libertades individuales como vestir con lo que queramos y maquillarnos como queramos, sin preocupación alguna de lo que digan hombres o mujeres. Y para esto se deberían acabar un poco los (aún) tabúes del cuerpo de la mujer. Que una teta no deja de ser eso, una teta. Y punto. Si fuese una teta de hombre dejaría de escandalizaros pero, eh, eso el Instagram no lo censura.

Y sinceramente, no veo el núcleo del problema en los hombres ni en las mujeres en concreto. Está claro que es un problema que todavía haya (y no pocos, por desgracia) hombres que superponen sus derechos a los de las mujeres. Y también es un problema que las propias mujeres aceptemos el machismo y lo incrementemos sin darnos cuenta. Sí, son problemas pero derivan del mismo. Que distinguimos a las personas por su sexo y no por otra cosa. Por ejemplo, en el Congreso de los Diputados y en el Senado hay un 60% de hombres frente a un 40% de mujeres. Y, ¿hasta qué punto podemos hablar de desigualdad? Si resulta que, en este caso, hay mayor cantidad de hombres con conocimientos políticos y habilidades oratorias que mujeres, entonces es un porcentaje correcto, y si en Honolulu hay más mujeres con dichas características que hombres pues el porcentaje cambiaría. Y si hablásemos del porcentaje de gente con gafas frente al porcentaje de gente sin gafas en el Parlamento Europeo o del porcentaje de rubios y morenos en altos cargos directivos de Inditex seguiría siendo una diferencia insustancial. Sí. sí, hablemos del techo de cristal, de las diferencias salariales y todos los problemas tangibles y que llevan siendo tangibles ya un par de añitos y seguiré recurriendo a la misma solución: Cortar de raíz las diferencias entre hombres y mujeres, que dé igual quién corra sin camiseta y que dé igual quién se maquille, quién ascienda más en puestos corporativos y quién lo haga mejor en los deportes. No se trata de eso, se trata de no hacer distinciones según el sexo sino según factores determinantes para el ámbito del que hablamos. Una vez hayamos cambiado la mentalidad retrógrada que todavía sigue muy presente, habremos cambiado la situación del techo de cristal y las diferencias salariales. Y no es una solución a corto plazo, ni tampoco el efecto que se busca es a corto plazo, todo lo contrario.


sábado, 22 de agosto de 2015

Aboulomania

¿Creéis en el destino? Esa fuerza natural que nos empuja a hacer distintas cosas con una finalidad concreta y premeditada, y por la cual se supone que cada cosa que nos ocurre estaba ya dictada.

Hace no mucho solía decirme a mí misma que cualquier cosa que me pasara, fuese lo que fuese, pasaba por alguna razón. Como si hubiese una fuerza superior a todos nosotros, ni siquiera concebible por el pensamiento más abstracto, que ponía una diminuta pesa en una balanza y que equilibraba mi insignificante vida.  Me contradecía en otras ideas que gozaban de absoluta lógica, por lo que dejé de creer en el destino. No hay ninguna anécdota que pueda contar para decir que he vuelto a creer en el destino, porque no es así. 
Simplemente he adquirido un pensamiento frío, calculador y crítico. Lo cual, queridos Watsons, me ha llevado a relacionar mi banal idea con una de las paradojas más famosas de la historia. Ha servido como inspiración para éxitos taquilleros de Hollywood, y no tan taquilleros. Se llama "la paradoja del viaje en el tiempo" y suena a ciencia ficción  exactamente por lo que acabo de comentar de Hollywood. Quiere decir que si en el hipotético caso de que se pudiese retroceder en el tiempo, cualquier cambio afectaría a nuestro presente. Es decir, si voy al pasado y mato a mi abuelo (no penséis con lógica, es un pensamiento paradójico) mi madre no existiría, y por tanto yo tampoco. Es decir, mi supuesto destino cambiaría a pesar de estar presuntamente escrito. Esta idea ha supuesto pensamientos relacionados con la misma como los universos paralelos. Sé que sigue sonando a ciencia ficción. 
Por un momento, piensa que cada decisión que haces crea un universo paralelo. Por un momento, tus padres se divorcian y debes ir con uno de los dos. Una cosa distinta pasará si vas con uno u otro. Una de las más firmes candidatas a mi película favorita trata de esto. Es una de esas "no tan taquilleras". Se llama "Las posibles vidas de Mr. Nobody" y alguien me la recomendó en algún momento, pero no me acuerdo ni quién ni cuándo. Qué caprichoso es el destino, ¿eh?






martes, 30 de junio de 2015

High time.

Por momentos me veo desaparecer.
Miento; ni siquiera veo.
Se me nubla la vista y no siento nada.
Caigo, pero ¿dónde?


Este último año me he adaptado en extremo a mi condición de soledad. Esto no significa que estuviese sola, sino que simplemente lo era. O soy. 
Me hundía profundamente en mis apuntes, intentando resurgir en al menos una parte de mi vida. Mi letra, cursiva, luchaba por seguir siéndolo, ya que por momentos esa letra redondita, tan insustancial, se apoderaba de mi caligrafía, y con ella, mi expresión escrita. 
Mi obsesión por ese "señor 8" que tenía en mi mente, un número con corbata, bigote y raya al medio con cantidades ingentes de gomina, y el miedo incontrolable por ese chiquillo endeble y desaliñado que era el 7. 
Y era solo una media. Un estúpido número. Un número entero, natural, real. Y lo sigue siendo.
Pero me sigue dando miedo.

Quizás sea solo la caída estrepitosa de mi gaviota de madera. O el cambio del adjetivo, que siempre colocaba antes del sustantivo, con fines estéticos, y ahora va siempre siguiéndole. Como si una característica fuese poca cosa.
Quizás todo va simple y complicadamente deprisa. Quizás soy yo, que soy lenta. Que me he vuelto una misántropa y una anciana en potencia. Que me he vuelto loca.
O que me he perdido.

Y que me buscaba en las poesías de Juan Ramón Jiménez, de Machado, Cernuda e incluso el aclamadísimo Lorca. Ni en Benedetti me encontré. Y en obras de Menandro, Plauto, de Buero-Vallejo y hasta de Castelao. Me busqué en Pimpinela, en cada frase. Y mi profesora de lengua me buscaba, tambien, desconociendo el paradero de aquella de quien le hablaron. 
Me busqué en las reflexiones de Platón, Maquiavelo, Hume, Nietzsche y Schopenhauer. Y casi me pierdo más.
También en Tarantino, en Kubrick, Buñuel, Guy Ritchie... Y nada. Lo mismo con The Smashing Pumpkins, Pulp, Soundgarden, Death Cab for Cutie, Gorillaz y tantos más.

Y todavía nada ni nadie me ha encontrado. Y, como se suele decir, aunque no me guste decirlo: "Si no lo sé yo...".



Gracias, y espero no haber parecido demasiado demente. Ah, y sobra decir que esta es la causa por la que no he escrito tan a menudo. La inspiración fluye poco por aquí arriba. 

domingo, 26 de abril de 2015

Is there anybody out there?

Desde que era pequeña me daba miedo la inmensidad.
Mientras que a los niños normales les daba miedo la oscuridad, el monstruo de su armario, las arañas y esas gilipolleces, a mí me aterroriza la inmensidad. Me estremezco al ver una imagen del océano y no duermo en toda la noche si veo un documental sobre el espacio exterior. Agujeros negros, vida inteligente, años luz, teoría de la relatividad, Puentes de Einstein-Rose, gravedad, espacio-tiempo, Punto Frío, materia oscura, dimensiones... Aquello que escapa a la mente humana, a las matemáticas, a la física, a la química y a cualquier ciencia. Demasiado grande. Todo envuelto en una radiación cósmica de más de 2000 grados Kelvin (esos que tienes que sumarle 273 a los Celsius, sí). 
Hasta hace poco estaba haciendo un trabajo de investigación. Competía con chicos y chicas que comenzaban su trabajo diciendo: "Desde que era pequeña quise ser astronauta". Cuando lo leí comencé a reír, y como respuesta a su pregunta de por qué, dije: 

-De haberlo sabido, hubiera empezado diciendo que cuando era pequeña me daba miedo la inmensidad.