viernes, 9 de diciembre de 2016

tu perrito librepensador

Últimamente, mi capacidad para descubrir paradojas en el pensamiento humano ha vuelto a aflorar para constatar una nueva teoría.

Esta, en concreto, es bastante auto-crítica, contemplando mi tendencia a llevar la contraria.
He podido comprobar que, el debate, tanto como ejercicio de oratoria como a nivel de discusión ordinaria, no es más que una muestra más del palpable egocentrismo humano que caracteriza nuestro comportamiento usual. 
Es muy sencillo. En la sociedad globalizada, hemos creado ciertos círculos de interés en los que priman diferentes distinciones . En una discoteca un sábado por la noche, la mejor es la más guapa, la mejor vestida y la que mejor baila, ¿por qué sino nos pintamos como puertas antes de salir de fiesta? Correcto e indiscutible. De esta misma manera, existen círculos en los que prima el grado de conocimiento por encima del grado de coincidencia con los cánones de belleza actuales. Círculos en los que, como actividad habitual, encontramos el debate. Debate sobre la situación política española actual, sobre hasta qué punto el giro al socialismo de Fidel consiguió esa Nueva Cuba de la que todos hablaban, sobre la ética que deben guardar las empresas y lo fieles que son a dicha ética cuando hay beneficios de por medio... Un poco de todo. En este círculo de interés, el/la mejor es el más inteligente o, en su defecto, aquel con más conocimiento del tema a debatir. Y si no sabes del tema o no eres lo suficientemente espabilado como para seguir la conversación sin que se note mucho tu déficit de formación, te quedas como lo que viene a ser la fea (o el) de la fiesta. Así mismo, podríamos hablar del debate como una auténtica pasarela de vanidades intelectuales y presuntuosos argumentos cargados de horas de lectura e investigación. 

Una vez reflexionado esto, espero que podáis comprender que ya no me resulta fácil soltar mi opinión en un blog que todo el mundo puede leer, pues sería por mi parte todo un acto de narcisismo, además de un atentado a mi propio pensamiento. Lo cual no quiere decir que vaya a dejar de escribir aquí, sino que mi opinión debe estar muy arraigada y fundamentada para soltarla al oscuro y crítico vacío, añadiendo el factor de que, como pensadora constante, estoy desarrollando y evolucionando continuamente todas o la mayoría de mis ideas y es muy fácil que mi opinión respecto a un tema cambie radicalmente en cuestión de días.

Gracias, de todas formas, a quién lee y apoya a estos diez dedos que vuelan solos por el teclado y que, la verdad, saben tan poco como yo. 


2 comentarios:

  1. Yo no veo el debate como una muestra de egocentrismo, sino como la manifestación del carácter social del ser humano. Es una forma de llegar a un pensamiento común, por lo general el que se considera más correcto, tras comparar y sopesar distintos puntos de vista. Es cierto que demasiadas veces acaba como una muestra de egocentrismo (véanse las Cortes durante los últimos meses), pero eso es una mala ejecución del debate (por definición de la RAE “discusión de opiniones contrapuestas entre dos o más personas”), no algo propio de él.
    Además, igual que aunque no todos somos los más guapos de la fiesta siempre va a haber alguien a quien le gustemos, pasa algo parecido con la mente. Aunque hay gente más formada y espabilada, que puede llegar sola a mejores conclusiones por sí misma, no todas sus opiniones son las más adecuadas para todos los colectivos, ya que “lo correcto” de un mismo tema varía según la cultura, condición social… Cualquiera que piense un mínimo tiene pensamientos considerados correctos al menos por un pequeño colectivo.
    Por estas mismas razones, no te debería resultar difícil redactar nada en este blog. No solo porque haya gente como yo que lo lee (que también es cierto que no comparto todos tus puntos de vista, el de esta entrada mismamente es un caso), sino porque, sin ser incorrecto tu opinión, siempre puede haber alguien en los comentarios que te ayude a ver un tema de otra forma o viceversa, enriqueciéndoos tú y el lector. Espero haber sido uno de estos últimos ;)

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  2. Palmiro, siento la tardanza de mi respuesta pero por lo menos ha llegado.
    Creo que, para empezar, tenemos conceptos distintos de lo que es el debate. Con debatir no estoy refiriéndome a consensuar, que es lo que vienes a decir con "llegar a un pensamiento común", sino a la definición de la RAE de discutir opiniones opuestas. Por eso mismo se podría, efectivamente, considerar un manifiesto del carácter social del ser humano, aunque personalmente considero que es más una manifestación de nuestra dimensión cultural, pues ha sido una práctica heredada de la Antigua Grecia (como, supongo, ya sabrás) y con el fin, como bien dices, de enriquecer ambas perspectivas. Sin embargo, como dices, un debate siempre roza lo subjetivo y es ahí donde reside la riqueza de diversidad de ideas. No obstante, lo que pretendo es recalcar la pérdida de ese objetivo tan bonito que tenía el debate cuando aún era dialéctica y arte, pues últimamente no dejo de verlo como el pavoneo de datos sobre las palabras envenenadas de muchos.
    Por el contenido de esta entrada y tu valiosa opinión aprecio tanto que hayas querido enriquecerme con tu punto de vista. Como he intentado reflejar en la última parte, hablo desde mi humilde opinión y mi inexperiencia.
    Muchas gracias y un abrazo :)

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